¿Te has preguntado alguna vez, que papel, como mujer, hubieras adoptado de haber nacido en el siglo pasado? Yo sin duda alguna, hubiera participado en el Movimiento Sufragista. Esa gran ola feminista en continua lucha por los derechos de la mujer. Esas mujeres que ante la indiferencia de los hombres a sus palabras, decidieron ponerse en acción y luchar por la igualdad entre sexos. Guerreras con sangre en las venas, que no se conformaban con poder estudiar y trabajar, ni siquiera, con una vida en la que los hombres les cambiasen el mundo siendo ellas prácticamente un cero a la izquierda, sino que, reclamaban participar en la transformación de ese mundo votando. Mujeres que defendían que no se podía hacer una democracia con la mitad de los votos. Se dejaron la piel por defender sus ideas porque creían en ellas y, utilizaron todas las formas de protesta. Encadenamientos, manifestaciones, huelgas de hambre.
Gracias a ellas, desde hace no menos de 90 años, se celebra nuestro día, “EL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA” Fecha para homenajear a todas las grandes luchadoras porque, lo cierto es que, todas lo somos en nuestro día a día. El 8 de Marzo, mujeres de todos los continentes, con diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, nos unimos para celebrar este día, resultado de la lucha en pro a la igualdad, justicia y desarrollo.
La desigualdad entre hombres y mujeres, sigue siendo una realidad, pero las mujeres, aunque a distinto ritmo según la situación geográfica a la que nos refiramos, seguimos luchando por romper estas barreras que nos separan de los hombres. La lucha por la igualdad entre sexos, sigue existiendo, pero también es verdad, que hemos ido subiendo escalones de emancipación respecto a nuestro papel en la sociedad. Aunque a veces, el proceso sea lento, debemos celebrar que un avance, por muy pequeño que sea es un progreso y no abandonar. Gracias a la constancia y perseverancia de muchas mujeres que no dejaron ni un momento de ser fieles a sus creencias, valores y opiniones, hoy gozamos de derechos que en un pasado muy próximo, fueron negados.
Lo cierto es que la mujer se ha reinventado. Antes, la mujer era la compañera a la que se intentaba mantener en casa como forma de mantenerla oculta. Un trato humillante como si la mujer fuera una marioneta sin derecho casi ni a pensar. “Lo que no se ve, no existe”. Sin embargo, ahora disfrutamos de derechos, entre tantos, el poder trabajar fuera de casa y exigir lo que nos corresponde sin sentirnos mal.
Nos hemos convertido en mujeres con garra, que pisan fuerte por donde vayan. Ahora están de actualidad, las mujeres luchadoras, emprendedoras, abnegadas, trabajadoras, tenaces, constantes, sacrificadas. Mujeres que persiguen su pasión porque saben que ésta, lleva al sacrificio, el sacrificio al esfuerzo, y el esfuerzo al triunfo. Y es que, ya no nos conformamos con poca cosa, ahora vamos a por todas. ¡A por el éxito!. Hemos eliminado el conformismo de nuestra vida. Decidimos que camino seguir. Ahora, somos madres, hijas, compañeras, esposas, amigas y encima, trabajadoras. Nos hemos desarrollado, hemos crecido.
¿Y, como será el papel de la mujer dentro de 100 años mas? Pues lo cierto es que eso dependerá de las ideas que sigamos defendiendo y nuevos cambios que vayamos exigiendo así que, ¡A por ello!
Recuerda… debemos seguir soñando. Nuestros sueños son sumamente importantes. Nada se hace sin que antes se imagine. Ahora si, no olvidemos que un sueño sin acción queda en una simple fantasía y que no somos lo que pensamos, sino lo que hacemos…
Tamara de la Rosa
tamaradelarosa 