QUIÉRETE UN POQUITO MAS Y SUFRIRÁS UN POQUITO MENOS

Por lo general, sin darnos cuenta, solemos  preocuparnos por el bienestar de quien nos rodea más que el de nosotros mismos. Disponemos de una facilidad increíble a la hora de dar consejos y motivar, sin embargo, cuando nos toca a nosotros recibir esa inyección de ánimo, nos olvidamos de el inacabable listado de mensajes positivos que tenemos para los demás y nos aplicamos el de castigos, exigiéndonos, fustigándonos y maltratándonos emocionalmente cada vez que cometemos un error con frases tipo: “ Soy un inútil, no sirvo para esto, soy incapaz de conseguirlo, estoy horrible, mejor lo dejo” . Ignoramos el fuerte impacto que tienen esas palabras en nuestro subconsciente. Este subconsciente actúa como un disco duro. Captura cada palabra que te dedicas y las graba e interioriza de tal manera que te las recordará en cualquier momento.

Siempre insisto en lo importante que es conocerse a uno mismo. Buscar dentro de nosotros, tomarnos un tiempo de reflexión y esmerarnos en conocernos. Detectar nuestras virtudes, nuestros defectos, emociones y pensamientos que activan a cada emoción, nuestros miedos, quienes somos y quien nos gustaría ser. De esta manera, podremos desarrollar nuestro potencial y trabajar nuestras debilidades y solo así, tener una buena autoestima.

La idea que tenemos de nosotros mismos, debemos cuidarla tanto o  más que a quien nos rodea. Como si de un tesoro se tratara. Debemos dejar de cargar esa mochila que llevamos en la espalda con mensajes y pensamientos negativos sobre nosotros mismos. La mochila cada vez pesará más y llegará un punto que nos impedirá avanzar. No nos damos cuenta que construir una buena autoestima es esencial para nuestra supervivencia. Mas que demostrado que las personas con una buena autoestima, se siente bien, lucen bien, son productivas y efectivas. Responden a ellos mismos saludablemente y pueden crecer, cambiar. Se ocupan de ellos mismos y de los demás. No necesitan humillar a los demás para sentirse bien.

Quiérete y no descuides tu autoestima. Si la abandonas, te sientes inapropiado en la vida. Crees en la suerte más que en tus posibilidades y no te consideras merecedor de sucesos positivos. Te sientes inferior al resto y tiendes a compararte con los resultados de los demás por lo que te cuesta ser proactivo, tomar iniciativa, decisiones. Los errores los vivirás como desgracias sin sacar la parte constructiva de ellos, lo que alimentará aún más a la inseguridad.

Sintiéndonos orgullosos de nosotros mismos, estamos más seguros de lo que hacemos, mas motivados, activos, con predisposición a mejorar, a disfrutar. Nos respetaremos  incluso cuando cometamos errores por que nos permitiremos fallar, equivocarnos, sin castigarnos sino, aprendiendo y continuando. Sin compararnos con nadie por que estamos conformes con quienes somos. Recuerda que eres la persona que mas te puede querer y la que mas daño te puede hacer, la persona mas influenciable con la que hablarás todos los días, así que, ten cuidado con lo que te dices, con lo que piensas.

¿Podemos cambiar nuestra autoestima? ¡Por supuesto!, curando antiguas heridas causadas por el auto rechazo. No es un cambio fácil ya que, la autoestima se desarrolla desde la infancia, a partir de las experiencias de niño y de la interacción con los demás pero como todo, con decisión, esfuerzo y constancia, se consigue.

Quiérete, valórate, acéptate y refuérzate a diario. Si quieres dar a los demás el 100 x 100 de ti, hay que empezar por uno mismo.

Tamara de la Rosa

Deja un comentario